martes, 22 de septiembre de 2009

Huasipungo de Dolores Cacuango

¡Huasipungo, huasipungo! Canto feliz quisiera que merezcas darte
pero lleno estás de tanto llanto de tanto despojo…

¡Huasipungo! Lar resquebrajado hecho Dolores Cacuango

de india Cayambe

nacida de octubre

sigues hoy huasipungo igual lar ayer…

¡Huasipungo! De los nueve paridos ocho los sembró en tu vientre a dolores la india Cayambe sin llegar a ser lo que debieran…

Y el uno vivo de los nueve hombre fue de rezongo cerviz altanera palabra ligera…

Y fue ella al descalzo pisándote huasipungo
y el camino allende las praderas a reclamar vida la hizo hembra de las hembras

y de los hombres

volvieron misiera…

La recibió Rafael fiel querer quedado huasipungo


casita quemada
chanchito quemado
gallinita granito ropita quemados
venganza cobarde…


Huiste Dolores


cobijo de lobo albergó tu aliento
y henchido el pecho volviste más hembra incorruptible más luchadora


¡ahí viene la loca! alertaban los menos


en cambio los miles hicieron propia locura libertaria


“…para vivir siquiera libertad en esta vida…


somos como la paja más que el viento nos mueva de un lado para otro no podrá arrancarnos Somos como la paja del cerro que se arranca y vuelve a crecer y de paja del cerro cubriremos al mundo”


Y te volviste tan grande India Cayambe Dolores Cacuango…
Te volviste inmensa eterna más que huasipungo…


“Esta es la vida un día mil muriendo mil naciendo mil muriendo mil renaciendo…”


Abril la sembró en ti huasipungo y sigues hoy huasipungo igual lar ayer…

César González
11 de septiembre 2009
Dolores Cacuango, lideresa indígena ecuatoriana nacida en el pueblo de Cayambe.
Huasipungo: lote pequeño de tierra

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¡Salvemos a la Pachamama!

Creemos en ti vida.
Creemos en la agroecología, la ciencia subversiva
Creemos en nosotros, condición para creer.
Creemos en la naturaleza, madre de todos.
Creemos en el aire, en el calor, en las estrellas.
Creemos en los pájaros negros, rojos, multicolores.
Creemos en la danza de la corocora al compás del silencio.
Creemos que los peces caen del cielo, como lo cree el llanero que pisa en Camaguán los esteros.
Creemos que el yocoyoco cura la culebrilla.
Creemos en el rezo que espanta los gusanos del maizal.
Creemos en el duende que hacía reír con sus morisquetas al niño que éramos.
Creemos en la tertulia de las ranas y los grillos contándose de noche los chismes del día.
Creemos en la cigarra que se esconde muchos años a ensayar su único canto.
Creemos en la Mantis y el zángano, machos que entregan su vida a su hembra amando.
Creemos tanto en el día como en la noche misma: son fieles, leales, nunca se esconden aunque se huyen.
Creemos en la quijotesca tarea del Hombre Árbol de Araure, Gonzalito: quiere preñar de vida toda la tierra con sólo sus manos.
En fin juramos convertir nuestro aliento en simiente eterno.
Juramos respetar a la Pachamama y sus hijos como nuestra madre y hermanos
Juramos reencarnar Curupira, protector de la naturaleza.
Juramos volvernos montaña
Juramos convertirnos en productores agua, oxígeno y vida
Juramos engendrar, desde el alma yerta, el espíritu del hombre nuevo.

Si no cumplimos mataremos a la Pachamama y moriremos con ella.

Y seguiremos creyendo, es nuestra esencia